The Row nos hace recordar lo siguiente: París es la ciudad del amor, de la luz, donde los sueños se vuelven realidad. Si tú quieres vivir o trabajar ahí, debes tener una sosa o precaria razón para venir, todo el mundo la tiene. De este modo, Mary Kate y Ashley están cambiando su identidad Newyorkina por un nuevo sagrado lugar, ósea, París (obviamente). Sus estudios se ubican en un hotel a lado de la Place Vendôme.
Simplicidad y una apariencia ultra – lujosa es lo que ofrece The Row a sus clientes, trayendo consigo un nuevo tipo de guardarropa ideal. Sin embargo, esta temporada provoca y nos acerca a un espontáneo y casual tono parisino. Cada look tiene una etiqueta describiendo las prendas, minuciosamente.
Este ha sido el más grande styling (un total de 80 looks), ordenado y casual de sus últimas colecciones; abandonando por completo su distintivo frialdad, pero mantuvieron una discreta sencillez. Las Olsen otorgaron libertad con una silueta masculina y una risqué combinación de prendas y colores: a brown leather con un orange turtleneck y encima un rust polo sweater; sporty polos con lineas retro; los abrigos tienen una vaga silueta de campana; el rosa (una sorpresiva elección); biker shorts with a boxy blazer; torn jeans con camisas Nehru – collar. La spécialité es el draping: blazers atados como cinturones en cashmere wide – leg pants or straight skirts; bastante impresionante, pero no es algo nuevo. Las sensaciones son los re – interpretados accesorios.
Uno puede percibir un equitativo guardarropa; produciendo una fácil manera de vestirse chic y un atractivo street french style que esta cambiando el panorama de las Olsen, incluso si suenan cliché estas declaraciones.
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