Moda

Ana y José: una celebración a la tradición y la naturaleza

Tulum, es un sitio que simboliza el estilo boho, hippie y una vida relax conviviendo con la madre naturaleza. Igualmente, es el spot perfecto para una celebración a la tradición mexicana y ¿cómo esto puede ser representando? Si bien, la ciudad cuenta con una exclusivos hoteles como Ana y José, ya tiene el lugar idóneo. Ambos dueños, celebraron el sábado, cuatro décadas en la industria. Y su manera de demostrar su constancia, es con una colorida y artística festividad.

La ocasión fue el pretexto clave para que cuatro diseñadores mexicanos, presentarán sus colecciones en un hermoso atardecer. El cuarteto inundando con su profunda intelectualidad, nos llevo a una previa rueda de prensa y a permanecer inquietos por los retrasos y lentitud del evento. Toda esa demora fue recompensa con un flamante y un ameno after party.

Cuatro mentes maestras unidas por un mismo objetivo: dejar el ego a un lado y colaborar armoniosamente en representar la verdadera identidad mexicana. ¡Todos somos una comunidad!

Nota: El aniversario agrupo a cuatro diseñadores. FMX Medios ofrece la exclusiva y detallados reviews sobre los fashion shows.

Judith Ibarra Cruise 2024

Ibarra es una creativa local. Dedicada a resaltar la belleza y cultura de Tulum, su linea se centra en ofrecer autenticas prendas con un toque playero.

Trajes de baño clásicos plateados y con prints de mosaico, – algo de lo mismo. Su mayor logro son los preciosos delicados frill dresses y batas. Se nota una técnica y fabricación, imprecedentes. El anonimato de su identidad, dejo confusión. Provocando que los invitados prefirieran seguir en el deleite de sus bebidas.

Sus creaciones solo funcionan en la playa. En esta ocasión, con precarios movimientos; se está abriendo a nuevos segmentos y dejando a un lado, un estancamiento inevitable.

Patricia Briones Cruise 2024

De origen oaxaqueño, la diseñadora insiste que el crochet no es para los abuelitos: «Nuestra ropa es tejida a mano a ganchillo» – explicaba con arrebato. «Son para cualquier ocasión». «Decidí sacarlo del baúl y modernizar está técnica». «Es una herencia cultural que debe seguir». – exclamo Briones.

La mayoría de sus looks caen el estereotipo de la zona, aunque tienen vagamente un toque arabesque. La practicidad y el meneo de sus finos hilos, cautivó a los invitados con las modelos que disfrutaban caminar sobre la arena. Trajes de baño con fuertes y gruesos frills; asymetrical midi – length con flowers embroidery dresses (algunos tenían cut – outs en ambos lados) unidos a divinos collares llenos de pedrería. Colores naturales como el arena, verde olivo, negro y el café, complementaron sabiamente con sus ideales de tradición y diversidad – «la belleza en los nudos».

Patricia con su euforia, hizo que el crochet, sea nuevamente un material que no solo sea referente de lo lindo, sino que provoque erotismo. Definitivamente, el crochet es sexy.

Indigene Studio Cruise 2024

Tamara Kratzberg en colaboración con artesanas indígenas de Yucatán, quiso plasmar y rediseñar los atuendos típicos que nos ofrecen, por prendas que realmente sean funcionales y útiles – la tarea de todo diseñador contemporáneo. Respetando y premiando las milenarias técnicas artesanales; dejando una mayor libertad creativa a sus costureros.

Kratzberg lleva nueve años colaborando con este taller ubicado en Mina. La colección nos hizo olvidar el explotado «Tuluminati style«. Abarcando una mayor funcionalidad para el día a día con un toque juvenil: Geometrical embroidery en asymetrical pleated skirts con scalloped edges; un aparente denim en un trapeze dress; túnicas o batas de manto con una capucha incluida (un accesorio tenaz entre los cuatro diseñadores) coordinados con sock boots.

La combinación de un posible sleek o satin y manto, no pareció funcionar a la perfección. Sin embargo, la sensibilidad de sus bordados, la celebración a la tradición y la construcción de una identidad; ayudan a que las nuevas generaciones aprecien la riqueza cultural de México mediante la moda.

Benito Santos Cruise 2024

El último y la joya de esta colaboración, recupero la atención de los invitados y calmo el bullicio provocado por los retrasos. Con un ritual maya y sinaloense; purificó el aura. Bajo la apacible oscuridad y el estridente sonido de las olas del mar, el show comenzó con prendas que rompieron dicho ambiente.

Siguiendo la tendencia Pink Code en su más reciente triunfo con el rosa mexicano en Nueva York; es lógico seguir celebrando sin tanta histeria, llevando su alegría a la serenidad que Tulum le puede ofrecer.

«Me gusta como la pitaya (una de sus frutas preferidas) me mancha mis manos» – declaró Santos en una previa entrevista. Su amor a esta fruta tropical proveniente de Jalisco, le hizo jugar y ampliar su sección ready – to – wear con los simbolismos de Tulum. «Le tengo un cariño especial y trato de venir dos veces al año».

Con una oversized y plana silueta, Benito quiere que sus clientes disfruten el verano sin ataduras. Entonces, ¿cómo la pitaya puede provocar libertad y sensualidad? La respuesta es: Intensas y divertidas tonalidades. Los colores de la pitaya se plasmaron en un asymetrical white dress con cut – outs en un lado y flounce hems. Un oscuro estampado de esta fruta se hizo más a notar en una bermuda, un below – the – knee square blazer; una jacket y livianas camisetas. En la sección eveningwear, prendas con un aspecto disco, introdujo static multi – layers metallic skirts y purple and pink sequin con un feather bodice en hourglass dresses.

Benito Santos demostró su capacidad por adaptarse a nuevos ambientes y remarcar un nacionalismo en su esencia. Entender con fervor, a la mujer mexicana en su búsqueda por algo cómodo, diverso e ilusivo.

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