La monotonía en el código de vestimenta que ha impuesto Adele, en sus conciertos en el Ceasars Palace, ha traspasado los límites al usar el color negro. Su estilo deleita a los cientos de fans que llegan a Las Vegas a cumplir su sueño, por conocerla. Y siendo el spooky month, la británica tuvo el tenebroso pretexto para disfrazarse de Morticia Adams.
Esa sombría sensualidad de aquel personaje, se poseyó en el cuerpo de Adele. Un large shealth black dress, un cuello vampiresco, un peluca lacia que llegaba a su cintura, uñas puntiagudas y un pálido maquillaje – significó que The Colosseum se lleno de una lúgubre energía, ¡Bu!
La femme fatale de la familia Adams, estaría orgullosa con la manera divertida que Adele le rindió homenaje.
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