El 11 de septiembre de 2001, fue el día que una sociedad contemporánea observó como la Ciudad de Nueva York estaba aterrorizada y arrodillada con el ataque terrorista hacia el World Trade Center. Más de tres mil víctimas fallecieron en aquel trágico momento en diversos ataques realizados por Al Qaeda al secuestrar cuatro aviones y dos se estrellaron en las Torres. Este ataque sigue siendo una de las mayores crisis que ha sufrido Estados Unidos en pleno siglo XXI. El destino que juegan sus cartas sabiamente , hizo que el Rey del Pop, Michael Jackson, no pereciera ahí.
En esos meses, Jackson se encontraba en Manhattan, puesto que se había programado una serie de conciertos los días 7 y 10 de septiembre en el Madison Square Garden. De acuerdo con el libro «You are not Alone: Michael, Through a Brother’s Eyes de su hermana, Jermaine Jackson, estaba en la ciudad ese día. El 11, el Rey del Pop tenía un cita de negocios en los últimos pisos de una de las Gemelas, pero jamás llego, ya que se había quedado dormido.
Jermanie relata que su madre ingenuamente fue a visitar a Michael Jackson en la madrugada. En el día del atentado, la familia Jackson quería huir lo más pronto posible del lugar. Con los puentes cerraron que atraviesan el Rio Hudson, optaron por pagarle una exorbitante cantidad de dinero a un chofer de autobús para fugarse del apocalíptico humo en esa devastadora fecha.
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