Registros en la literatura mencionan que el ajedrez siempre ha sido considerado el juego de reyes, monarcas como Eduardo III e Isabel I en Inglaterra, Juan II, Luis XI y Luis XIII en Francia, o Pedro el Grande e Iván el Terrible en Rusia, fueron grandes admiradores, este último murió en el tablero mientras jugaba con su favorito, Boris Godunov.
La literatura histórica puntualiza que el ajedrez también atrajo a políticos como Juan de Austria, papas como Gregorio XII y pensadores como Rousseau, Voltaire, Leibniz o Erasmo de Rotterdam, que jugaban a discutir filosofía mientras jugaban al ajedrez. ¡Que apasionante!
Diferentes corrientes teóricas concluyen que jugando aprendemos, además lo hacemos bien. Mientras disfrutamos entendemos las cosas mucho mejor, aquí es donde el ajedrez, uno de los mejores juegos para aprender y desarrollar habilidades, puede ser un gran aliado para padres, maestros y para la educación como un fenómeno integral a través de actividades lúdicas.
Me gustaría acentuar lo que sostiene Rafael Espinosa, Campeón Nacional de Ajedrez, quien ha participado en 10 Olimpiadas de Ajedrez en representación de México y ha obtenido este título en varias ocasiones, llevándolo a ser un reconocido maestro internacional a quien los aficionados admiran y reconocen: “El ajedrez capta a las personas inteligentes, a las que no les da miedo pensar y competir, además no se inhiben ante lo complejo, cosa poco común en el ambiente de la vida ordinaria”. Por su parte, el maestro cubano José Raúl Capablanca expresaba a principios del siglo XX: “El ajedrez es algo más que un juego, es una diversión intelectual que tiene algo de arte y mucho de ciencia, es
además un medio de acercamiento social e intelectual”.
La entrenadora de ajedrez, Beatriz Campos, lo define como el deporte ciencia, ella nos explica que es catalogado de esta forma “por llevar implícito en el cuerpo de su existencia una gama de ciencias que convergen y son parte inseparable del mismo. Además, al igual que las ciencias, tiene un objeto de estudio, se rige por leyes y reglas impuestas por el propio juego, así como plantea sus propios principios elementales”.
En mi paso por el área del deporte, en mi amado Tulum, Quintana Roo, nos dimos cuenta, en virtud del intercambio de ideas y asesoramiento por expertos, que en el ajedrez se estimula la ética. Es educativo pues desarrolla valores espirituales y patrióticos, por lo que llevamos a cabo el primer torneo de la Academia Municipal de este deporte en mi municipio. Desde la Dirección de Juventud y el Deporte nos dimos cuenta que en acción podíamos traer beneficios y bienestar, a través de este juego de reyes, a las generaciones venideras. Leí una frase de S. Tarrasch que afirma: “En el ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es siempre la que se realiza”; para los gobernantes y los gobernados, el deporte en su conjunto debe seguir siendo su mejor aliado y el ajedrez deberá estar presente. En fechas próximas asumirá el liderazgo de nuestro estado la gobernadora Mara Lezama y sin duda sus estrategias en el tablero de Q. Roo traerán grandes partidas y extraordinarios triunfos. Dicen por ahí: “lo que bien comienza, bien termina”, y este capítulo es el gran principio de muchos éxitos y de logros por el bien de Quintana Roo. ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte!
