El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la creación de la “tarjeta dorada”, un permiso de residencia dirigido exclusivamente a millonarios extranjeros, con un costo aproximado de 5 millones de dólares. Según Trump, esta iniciativa busca atraer a personas adineradas que contribuirán significativamente a la economía estadounidense al gastar, pagar impuestos y generar empleos. La medida tiene un enfoque particular en oligarcas rusos sancionados tras la invasión a Ucrania, destacando que la propuesta reemplazará la actual visa EB-5 del Programa de Inversionistas Inmigrantes.
La visa EB-5, vigente desde 1992, permitía a inversionistas y sus familias obtener la residencia permanente al generar al menos 10 empleos para trabajadores estadounidenses cualificados. Sin embargo, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, justificó el cambio argumentando que la EB-5 facilitaba fraudes y ofrecía un “costo bajo” para acceder a la “green card”. Esta nueva política refuerza la conocida postura de Trump: no se opone a la inmigración, siempre y cuando los inmigrantes lleguen con grandes recursos económicos.
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