El Azul Maya un color ancestral rescatado por Luis May en Quintana Roo

El azul maya, un pigmento de la cultura prehispánica conocido por su durabilidad, está siendo rescatado y revivido gracias a la labor de Luis May, un escultor y ceramista que vive en Cobá. Su investigación de más de dos décadas ha logrado recrear la fórmula de este color sagrado, que se creía perdida.
El azul maya es una mezcla única de índigo, extraído de la planta de añil, y el mineral paligorskita. Este proceso de fusión molecular le otorga una resistencia excepcional a la luz solar, el agua y los ácidos, lo que explica por qué ha perdurado en murales y piezas arqueológicas durante siglos.

Para la cultura maya, este color era sagrado, representaba la purificación y estaba asociado con Chaac, el dios de la lluvia. Era utilizado en ofrendas durante las épocas de sequía para invocar el agua. En su cosmovisión, el azul y el verde compartían el mismo nombre, yash, simbolizando el centro del cosmos.
Una Búsqueda Empírica y Tradicional
Sin un título científico, Luis May combinó la lectura de textos especializados con entrevistas a ancianos de comunidades mayas y un constante proceso de ensayo y error. De esta manera, logró recrear la fórmula del azul maya y aplicarla en sus obras con técnicas de cocción y pigmentación similares a las de la época prehispánica.
Durante 13 años, como responsable de la Casa de la Cultura de Cobá, compartió este conocimiento con la comunidad, preservando una herencia cultural. Su trabajo ha trascendido fronteras, siendo invitado al Museo Británico y exponiendo en el Museo Regional de la Costa Oriental en Tulum.
Luis May busca que este pigmento no solo se aprecie en sitios arqueológicos como Cobá, Tulum y Chichén Itzá, sino que también vuelva a ser parte de la producción artística contemporánea. A través de su trabajo, invita a la gente a valorar las piezas por su historia, ciencia y espiritualidad, considerándolas «la voz de nuestros ancestros».
Puedes conocer su obra en Facebook (Luis May) e Instagram (lmmayku). Su historia es un testimonio de cómo la investigación empírica y la tradición oral pueden rescatar un legado cultural del olvido.
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